Suele presentarse a Napoleón como un hombre de baja estatura. De hecho, incluso existe la expresión "complejo de Napoleón" o "síndrome del hombre bajito", refiriéndose a un complejo de inferioridad, especialmente el debido a la baja altura de uno. Los británicos le apodaron el "pequeño corso", precisamente porque fueron ellos quienes trataron de ridiculizarle tirando de cualquier cosa, por ejemplo su estatura.
Napoleón medía entre 168 y 169 cm., en una época en que los hombres tenían una estatura media de 164 cm. De hecho, aunque era unos 5 centímetros menor que Wellington, su gran enemigo por tierra, también era 7 más alto que Nelson, su gran enemigo por mar.
La prensa británica satirizó mucho a Napoleón, creando una falsa imagen del Emperador, que ha permanecido hasta nuestros días. Hay quien dice que la confusión procede de la diferencia entre los pies y pulgadas francesas y británicas, y quien dice que se debe a que, como en su guardia se exigía una talla mínima de más 178 cm., él parecía muy bajito rodeado de tanto gigantón.
Sea como fuere, Napoleón no era en absoluto un hombre menudo.
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