miércoles, 12 de octubre de 2016

Cómo pegarle un tiro al Sol

Pues con energía: mogollón de energía. Pegarle un tiro al Sol y atinar es muy complicado.

La Tierra se mueve a una velocidad extraordinaria, y cualquier objeto lanzado desde aquí tendrá inicialmente esa velocidad, que permite mantenernos en la órbita que seguimos alrededor del Sol. Para llegar hasta él, necesitaríamos decelerar gran parte de esa velocidad, lo que es carísimo. Por eso, terrícolas, casi todas las misiones de exploración solar son satélites que orbitan la Tierra o sondas que se encuentran en algún punto Lagrange Tierra-Sol (o sea, a una distancia del Sol similar o igual a la de la Tierra). Para lograr acercamientos mayores, hay que llevar a cabo maniobras de acercamiento a planetas que, con su gravedad, generan cambios en la velocidad de la sonda, frenándola.

Hay programadas varias sondas que se acercarán bastante al Sol, como la Solar Orbiter, que llegará a estar algo más cerca del Sol que Mercurio, o la Solar Probe Plus, que llegará incluso más cerca gracias a siete aproximaciones a Venus que la irán frenando poco a poco.

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